La prisión de Stanford: Psicología del poder y la sumisión
Descubre el experimento de la prisión de Stanford, cómo la prisión simulada de Philip Zimbardo desveló los efectos de los roles de poder y sumisión humanos.
DATOS CURIOSOS
10/15/20245 min read


La prisión de Stanford: Psicología del poder y la sumisión
El experimento de la Prisión de Stanford es uno de los estudios más controvertidos y comentados en la historia de la psicología social. Realizado en 1971 por el psicólogo Philip Zimbardo, este experimento pretendía explorar el comportamiento humano cuando se asignan roles de poder y sumisión. En poco más de seis días, lo que comenzó como un estudio académico se transformó en una lección perturbadora sobre los efectos del poder, la deshumanización y la facilidad con la que las personas pueden caer en conductas opresivas.
Contexto y Objetivo del Experimento
La década de los 70 fue un período convulso en Estados Unidos. Las noticias sobre los abusos de poder, tanto en Vietnam como en las prisiones, despertaban preguntas inquietantes sobre la naturaleza humana y el poder. Philip Zimbardo, profesor de psicología en la Universidad de Stanford, se preguntaba hasta qué punto el entorno puede moldear el comportamiento humano. Inspirado por estos eventos y cuestionamientos, Zimbardo decidió crear una "prisión simulada" para observar el impacto de la situación en individuos comunes.
Objetivo principal: Zimbardo deseaba explorar cómo personas psicológicamente estables responderían a un entorno de cárcel y cómo la asignación de roles de guardia y prisionero afectaría su conducta. ¿Cambiarían sus personalidades, o simplemente interpretarían el rol que se les había asignado? La hipótesis de Zimbardo era que el entorno y los roles sociales influyen profundamente en el comportamiento humano, a menudo más de lo que pensamos.
Metodología del Estudio
El experimento se llevó a cabo en el sótano del edificio de psicología de Stanford, transformado en una cárcel improvisada con celdas, pasillos y una sala de aislamiento. Zimbardo reclutó a 24 jóvenes mediante un anuncio de periódico, seleccionando a aquellos que demostraron estar en buen estado físico y mental. Los participantes fueron divididos al azar en dos grupos: "guardias" y "prisioneros". A los guardias se les dio uniforme, gafas de sol para despersonalizar su imagen, y una porra, mientras que a los prisioneros se les asignó un número de identificación, ropa holgada, y cadenas en los tobillos, simbolizando su estatus de inferioridad.
Las reglas eran simples: los guardias debían mantener el orden sin recurrir a la violencia física, y los prisioneros debían obedecer a los guardias. El experimento estaba diseñado para durar dos semanas, con Zimbardo actuando como "superintendente" de la prisión, supervisando el desarrollo de los eventos sin interferir.
Evolución del Comportamiento de los Participantes
Desde el inicio, los "guardias" asumieron sus roles con gran entusiasmo. Comenzaron a ejercer control sobre los prisioneros con castigos psicológicos, incluyendo obligarles a realizar flexiones y humillaciones públicas. En respuesta, los prisioneros comenzaron a mostrar signos de angustia emocional, depresión y sumisión extrema.
Uno de los momentos críticos del experimento ocurrió el segundo día, cuando los prisioneros se rebelaron bloqueando las puertas de sus celdas. Los guardias respondieron desnudándolos, utilizando extintores de fuego y aumentando la presión psicológica, separando a los prisioneros "rebeldes" de los "sumisos". Este evento marcó el inicio de una escalada de abusos en la que los guardias fueron incrementando los castigos, y los prisioneros empezaron a mostrar síntomas de trauma severo.
A medida que el experimento avanzaba, muchos guardias se volvieron cada vez más sádicos y controladores, imponiendo castigos arbitrarios y humillantes. En contraste, los prisioneros asumieron pasivamente su papel, incluso llegando a aceptar los abusos y despersonalizándose. En algunos casos, los prisioneros manifestaron trastornos emocionales graves, solicitando ser liberados antes de tiempo. Uno de ellos, tras sufrir un colapso emocional, tuvo que ser retirado del experimento al cabo de 36 horas.
El Fin Prematuro del Experimento
El experimento, planeado para durar 14 días, fue interrumpido al sexto día. La razón principal fue la intervención de Christina Maslach, una joven psicóloga que se escandalizó al ver el nivel de abuso al que estaban sometidos los prisioneros. Maslach confrontó a Zimbardo, quien, al reflexionar sobre sus observaciones, decidió poner fin al experimento.
Muchos de los participantes mostraron secuelas psicológicas y expresaron remordimientos o sentimientos de incomodidad tras el fin del experimento. Zimbardo también fue criticado por el papel que jugó y por permitir que los guardias infligieran maltrato psicológico, lo que planteó serias dudas sobre la ética del estudio.
Controversias y Críticas Éticas
El experimento de la Prisión de Stanford generó una oleada de críticas y cuestionamientos éticos. Muchos argumentaron que Zimbardo, al desempeñar el rol de superintendente, contribuyó a la opresión de los prisioneros. Este caso se convirtió en un ejemplo clave de las limitaciones de la investigación psicológica, pues muchos consideraron que el estudio había causado un daño psicológico innecesario a los participantes.
A raíz de estos cuestionamientos, surgió un debate en la comunidad científica sobre las reglas éticas en experimentos con humanos. En 1973, el Comité de Ética de la APA (Asociación Americana de Psicología) comenzó a aplicar regulaciones más estrictas para evitar que estudios de este tipo se volvieran a realizar sin un control ético adecuado.
Legado e Influencia en la Psicología Moderna
A pesar de la controversia, el experimento de la Prisión de Stanford ha tenido un impacto duradero en la psicología social. Su legado ha trascendido, proporcionando una base para comprender fenómenos de abuso de poder en entornos reales, como el comportamiento abusivo en instituciones penales, militares y hasta corporativas. Ejemplos como los abusos en la prisión real de Abu Ghraib son recordatorios de cómo los roles y el entorno pueden facilitar comportamientos deshumanizantes.
El experimento ha inspirado además numerosas obras culturales, desde películas hasta novelas y series. También ha dado lugar a investigaciones sobre la deshumanización, la conformidad y el efecto que tiene la autoridad en la conducta humana, influyendo en disciplinas como la sociología, la criminología y la psicología forense.
Conclusión
El experimento de la Prisión de Stanford nos deja una lección inquietante sobre la naturaleza humana y el poder: bajo las circunstancias adecuadas, cualquier persona puede llegar a actuar de maneras opuestas a sus principios morales. Este estudio desafía la idea de que el mal está únicamente en la personalidad de algunos individuos; más bien, nos recuerda que el entorno tiene un poder formidable para influir en nuestras decisiones y comportamientos.
Al final, el experimento nos obliga a reflexionar sobre cómo prevenimos el abuso de poder en la sociedad y subraya la importancia de la ética en cualquier investigación que involucre seres humanos. Aunque el experimento de Stanford ha sido ampliamente criticado, sigue siendo un recurso valioso para entender la psicología del poder, y la continua vigencia de sus enseñanzas nos hace cuestionar nuestra propia vulnerabilidad ante los sistemas de autoridad.
Para aquellos interesados en profundizar en este tema, pueden consultar nuestro chat de Inteligencia Artifical entrenado, además de algunas otras recomendaciones de lectura y recursos adicionales:
El efecto Lucifer: El porqué de la maldad, de Philip Zimbardo. Este libro detalla el experimento y ofrece un análisis del mal humano desde el punto de vista del propio investigador.
Obedience to Authority: An Experimental View, de Stanley Milgram. Aunque no se centra en el experimento de Stanford, explora la obediencia a la autoridad y es una lectura complementaria interesante.
The Stanford Prison Experiment (Documental), dirigido por Kyle Patrick Alvarez. Un documental que recrea el estudio de Zimbardo, ofreciendo una visión dramática y profunda de los eventos.
Psychology Today - Artículos y análisis sobre el impacto de este experimento en la psicología moderna.
Los abusos de Abu Ghraib - Lecturas y artículos que comparan el experimento con incidentes de abuso de poder en prisiones reales, mostrando la relevancia de los hallazgos de Zimbardo.
"Quiet Rage: The Stanford Prison Experiment" - Video-documental realizado por Zimbardo que contiene imágenes originales del estudio y comentarios del propio investigador.
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